Barrio

Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia

Al llegar al Museo, el busto de su fundador, Bernardino Rivadavia, da la bienvenida al visitante.
A su lado, enormes meteoritos caídos en territorio argentino, anuncian la entrada a la Sala de Geología.

Se está proyectando la renovación total de la sala, que cambiará su nombre por el de “Ciencias de la Tierra”. La misma contará con un nuevo enfoque, temas actuales y una estética moderna que incorporará la tecnología en sus propuestas. Mientras duren los trabajos de esta renovación, en la parte anterior de la sala, funcionará en breve una exhibición temporaria con minerales, rocas y meteoritos.

A continuación, en el acuario, se puede ver una interesante muestra de peces autóctonos de agua dulce y sorprendentes peces, corales estrellas y anémonas de mar, especies exóticas, exponentes de la colorida fauna de los arrecifes de coral tropicales. También se pueden observar ejemplares disecados de varias especies marinas y de agua dulce, así como los grandes “serruchos” del “pez sierra”.

En el bar temático, se pueden apreciar en su magnitud real, calcos de grandes peces como el tiburón peregrino, el pez mola y grandes rayas. El espacio se llevan a cabo también actividades de divulgación, ya que la sala cuenta con equipos de sonido y proyección.

Publicidad

Para quienes no conocen la malacología, podrán observar una rica colección de especies autóctonas y exóticas, tanto marinas como terrestres y de agua dulce. Importantes infografías permiten conocer su importancia sanitaria y los diversos usos dados por el hombre.

La sala del fondo del mar cuenta con un impactante diorama que nos acerca una escena submarina y nos permite descubrir distintas especies de tiburones, rayas y peces óseos, en una intrincada red alimentaria.

Al ingresar al área de la antártida, junto a una escena costera de una pareja de lobos marinos de dos pelos, se puede apreciar una rica diversidad de organismos. Desde estrellas y erizos de mar, crustáceos y moluscos, hasta peces y aves propias de estos fríos ambientes. En un lateral domina el gigantesco cráneo de un cachalote.

El salón audiovisual es un amplio recinto destinado al desarrollo de actividades de divulgación científica, académicas e institucionales, que cuenta con modernos equipos de audio, proyección y PC. Sus puertas mantienen acústicamente aislada a la sala y conectan directamente con el bar temático.

Publicidad

La más famosa de las salas de este museo es la de paleontología. Esta gran sala es una de las más importantes de América Latina, en cuanto a cantidad y calidad de material original exhibido. Impactan los calcos de grandes dinosaurios descubiertos en territorio patagónico, por investigadores del mismo Museo. Las vitrinas laterales e infografías permiten apreciar la evolución de la vida en la tierra de diversos grupos de animales y plantas, como así el proceso de fosilización de estas últimas.

La sala de exposiciones denominada “La Naturaleza en el Arte”, está destinada principalmente a exposiciones temporales de obras artísticas, relacionadas con la ciencia y la naturaleza. Exponen destacados referentes de la Pintura, la Fotografía, la Escultura, el Arte digital y otras manifestaciones del arte y la cultura.

En el espacio destinado a los mamíferos del cuaternario se encuentran expuestos interesantes y valiosos ejemplares originales de mamíferos fósiles que habitaron nuestro suelo, algunos de hasta 10.000 años atrás. La mayoría son esqueletos montados, que cuentan con partes originales y otras restauradas.

La sala de los antrópodos se pueden conocer los distintos grupos de insectos, ciempiés, arañas y cangrejos, a través de infografías y ricas colecciones. Modelos a gran escala muestran el vuelo, las adaptaciones del aparato bucal y las patas de estas especies. Importantes infografías muestran interesantes características sobre distintos aspectos de su biología (reproducción, desarrollo, alimentación). Otra gran infografía ilustra las relaciones entre el hombre y los artrópodos, desde el punto de vista ecológico.

En la colorida sala del mundo de las plantas, se puede conocer la evolución y la diversidad de estos organismos, desde formas microscópicas (modelos contenidos en “una gota de agua”) hasta las más evolucionadas, a través de ricas infografías. En la gran vitrina “Las plantas en acción” se puede observar cómo en la naturaleza se desarrollan la reproducción, el crecimiento, la dispersión y otros temas. En los módulos se señala la importancia que tienen las plantas en la vida cotidiana del ser humano (agricultura, alimento, industria, vestimenta, papel, combustible, etc.).

Ricas infografías, ejemplares conservados y calcos, permiten conocer la gran diversidad de sapos, ranas, tortugas, yacarés, lagartos y serpientes que habitan en nuestro país. Se trata de la sala de anfibios y reptiles, una gran vitrina ambientada muestra interesantes adaptaciones a diversos modos de vida. En otro sector está desarrollado en detalle el tema del ofidismo y como cierre de esta sala, se muestra cómo a través de manifestaciones artísticas y culturales, estos animales están siempre presentes.

En el hall previo, una serie de interesantes piezas de grandes mamíferos y un grupo de monos taxidermizados, hacen de presentación para la sala de mamíferos, donde están representados los principales grupos de mamíferos, la mayoría autóctonos (salvo de grupos no presentes), a través de ambientaciones o dioramas, que permiten observar adaptaciones a los diversos modos de vida. En la parte central, se muestran interesantes cráneos, esqueletos y calcos de mamíferos marinos: delfines, ballenas, focas, etc.

También se puede encontrar una gran sala de sonidos de la naturaleza, donde se lleva a cabo un innovador recorrido visual y acústico, de las diversas aves y anfibios que habitan los distintos ambientes de la Argentina.

Finalmente la sala de osteología comparada, que muestra la gran diversidad de adaptaciones a los distintos modos de vida (ambiente, locomoción, alimentación, etc.), que se manifiestan a través de los esqueletos de mamíferos.

Su Historia
El origen del Museo Argentino de Ciencias Naturales se remonta al año 1812, cuando el Primer Triunvirato por inspiración de Bernardino Rivadavia, invitó a las provincias a reunir materiales para “dar principio al establecimiento en la Capital de un Museo de Historia Natural”.

A lo largo de su larga vida el Museo se alojó en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, en la Manzana de las Luces y algunos edificios de la plazoleta Monserrat, hasta instalarse definitivamente en 1937, en el edificio que hoy ocupa, construido de acuerdo a los cánones arquitectónicos vigentes en la época para los museos de ciencias europeos.

Por sus salas y laboratorios pasaron investigadores como Alcides d’Orbigny Fernando Lahille, L.Kraglievich, Eduardo Ladislao Holmberg, María Isabel Hylton Scott, Alberto Castellanos, Rita Schiappelli, Rosendo Pascual, Enrique Balech y Esteban Boltovskoy; y tuvo por directores a personalidades como Herman Burmeister, Florentino Ameghino, Angel Gallardo, Martín Doello-Jurado, Agustín Riggi, Maximiliano Birabén, José María Gallardo, Wolfgang Volkheimer y actualmente Edgardo J. Romero.

En 1947 el Poder Ejecutivo dispuso la transferencia de las secciones: Arqueología, Etnografía y Antropología al Museo Etnográfico dependiente de la Universidad de Buenos Aires.

Microscopio de última generación

Fabián Tricárico, responsable del microscopio de barrido electrónico que tiene el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. “Nuestro servicio de microscopía tiene un Philips XL30, que es parte del Sistema Nacional de Microscopía y está pensado para que lo use toda la comunidad científica”, cuenta Fabián.

Es una herramienta indispensable para identificar especies porque revela estructuras invisibles al ojo humano. “Los científicos, con estas imágenes y otros datos obtenidos en su laboratorio, publican trabajos de investigación en revistas científicas nacionales e internacionales”, explica Tricárico, quien ya obtuvo, desde 2003, más de 90 mil imágenes. “Las muestras, para verlas en este aparato, tienen que estar secas; luego se montan al portaobjetos y se los reviste con una aleación metálica. Los electrones chocan con ella y un detector manda la señal al monitor para formar la imagen”, detalla el experto. Así, aparece un nuevo mundo.

Pasto. Lo que a simple vista parece un punto verde en el suelo, con un aumento miles de veces superior a su tamaño, se ve así. Este es un brote de gramínea (pasto), una especie vegetal que se usa para el pastoreo, visto a través de un microscopio electrónico de barrido. Las gramíneas están por todas partes: ocupan el 20% de la superficie vegetal del mundo.

Mosquito. Esta es la cabeza de un mosquito, en la que se destacan especialmente sus ojos, que son compuestos: cada uno tiene múltiples ojos diminutos con sus propias lentes, células receptoras y nervios. Con ellos puede ver en infrarrojo y hasta detectar el calor de sus presas. Lo que se ve atrás, como una plumita que cae, son sus alas.

Bambú. La caña de bambú, el alimento preferido de los osos panda, tiene paredes con cera. En la imagen ampliada, se ven al detalle.

Alga. Las diatomeas son una clase de algas unicelulares que constituyen uno de los tipos más comunes de fitoplancton.

Molusco. El interior de un molusco muestra cómo es un organismo bivalvo.

Dientes. Los dientes de roedor, al microscopio electrónico, muestran el proceso de su desgaste.

Musgos. Los musgos son vegetales muy simples, sin vasos conductores, ni flores, ni frutos. Su fortaleza: resisten bien a las sequías.

 

Visitas
El museo se puede visitar todos los días de 14 a 19 hs. También pueden visitarlo grupos escolares, de lunes a viernes de 9 a 12 y de 14 a 17 hs., previa solicitud de turno.

Parque Centenario
Av. Angel Gallardo 490
Tel. 4982-6595 / 8370 / 8797 / 4791
www.macn.secyt.gov.ar

Artículos relacionados

Volver al botón superior

Adblock Detectado

En este sitio vivimos de la publicidad de anuncios, por favor para navegarlo quitá tu Bloqueador de Anuncios.