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Parque Rivadavia

Llamado parque Lezica, en conmemoración a Ambrosio Lezica, dueño de la quinta que hoy ocupa el área del parque. Empezó a funcionar como parque formalmente a partir del 10 de Julio de 1928. Ocupa 6 hectáreas que integraron la quinta de los Lezica. Su diseño fue dirigido por el maestro Carlos Thays. Pero cambió. En la última gran remodelación, de 2003, el Gobierno anunció la renovación de caminos, un pequeño anfiteatro, una pista de patinaje y la siembra de 3.000 plantas. Y lo enrejó. La dirección precisa es Avenida Rivadavia 4800.

Mirá el Parque Rivadavia en 360º

Con su superficie de 6 hectáreas, está compuesto en gran parte por espacio verde, un pequeño lago artificial, un gran monumento, un antiguo pozo de agua (única construcción original), un anfiteatro, espacio para paseadores de perros, un arenero, juegos para niños y una pista de patinaje, entre otras cosas.

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El monumento a Simón Bolívar realizado por el escultor argentino José Fioravanti, se encuentra en el centro del parque. La escultura fue inaugurada el 28 de octubre de 1942 y está formada por un arco de líneas rectas de 11 m de altura y 22 m de ancho, con una inscripción que dice: “A Simón Bolívar, la Nación Argentina”. Dicha inscripción es acompañada de cuatro bajorrelieves y, en el centro de la escultura, una gran estatua.

Frente al gran ombú de una de las entradas de la avenida Rivadavia, se encuentra una escultura en piedra blanca titulada “Monumento a la Madre” obra del escultor Luis Perlotti donada por el “Club de Leones de Caballito”.  Y sobre el centro del Parque está la escultura principal: el monumental homenaje (11 metros por 22) a Simón Bolívar (1942), de José Fioravanti.

Luego, las ya mencionadas Madre (1965), de Luis Perlotti, La fuente de la doncella (1931), del catalán José Llimona, para muchos la más linda.

Esa obra y su figura son hipnóticas. Es delicada y preciosa. Curiosamente, como está desnuda, en 1971, durante la dictadura de Lanusse, la consideraron “obscena” y la escondieron entre la vegetación de la Plaza San Martín hasta que vecinos de Caballito lograron “repatriarla” en 2009.

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Durante la mañana y tarde del domingo, se pueden ver coleccionistas, anticuarios , expertos de la filatelia y de la numismática, ocupando gran parte de los caminos y descansos del parque. Con entrada en la primer esquina de la calle Rosario, también se puede encontrar una pequeña feria de libros, discos usados y otras mercancías. Una de las principales es Feria de libros paseo cultural.

También los más chicos tienen su lugar en el parque. En el extremo noroeste, sobre la calle Rosario, se encuentra una calesita histórica y en el anfiteatro, donde los días domingos también hay espectáculos gratuitos para niños. El resto de las actividades van desde payasos y acróbatas, hasta artistas del teatro callejero, artes marciales o titiriteros.

Las ferias

Una de las características distintivas de nuestro querido Parque Rivadavia de Caballito, son las ferias.

La de libros, que nació en los años 50 y todavía ofrece ejemplares tesoros que sólo se encuentran en “Acoyte y Rivadavia”, fanzines, comics, clásicos universales, discos y otros

El Parque Rivadavia también es muy conocido como escenario del intercambio de estampillas y monedas desde 1943. Todas las mañanas de domingo y sábado La Feria del Ombú se arma alrededor del clásico árbol central. Este ombú es el centro de reunión de muchos coleccionistas, dando origen a esta feria y otros grupos de culto dentro del parque.

Pero en sus seis hectáreas, cuyo diseñó dirigió el maestro del paisajismo Carlos Thays, guarda más para valorar.

Tiene un pozo colonial, una de las pocas pistas de que albergó la quinta de los Lezica hasta que la Municipalidad la expropió y la convirtió en plaza en 1928.

 

Frente a una de sus entradas, cruzando la Av. Rivadavia, está el bar El Coleccionista. Designado hace unos años como Bar notable, siempre concurrido. Desde 1915, cuentan en Turismo porteño, en esta esquina hubo un café. El Pelícano primero. Luego El Cóndor, al que frecuentaba el escritor Conrado Nalé Roxlo (1898-1971), quien vivía en el quinto piso del mismo edificio, a veces acompañado por Roberto Arlt (1900-42). Se llama El Coleccionista desde que ellos, los coleccionistas, empezaron a reunirse allí los domingos casi al alba. En Rivadavia 4929, frente al Parque.

Delimitado por las calles Rosario, Doblas, Beauchef y la Av. Rivadavia

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