Ciudad Autónoma de Buenos Aires

UN MOSAIQUISTA EMBELLECE VEREDAS Y PAREDES ROTAS EN CABALLITO

Se trata de Héctor Ortiz, un vecino de 74 años del barrio que solo busca embellecer el espacio público y generar alegría a las personas o dar un mensaje.

A Héctor no le gusta la exposición. Pero los vecinos que lo ven trabajar en sus obras en el Parque Rivadavia y sus alrededores, se acercan y lo felicitan y agradecen. En sus trabajos pueden verse la firma de @holortiz .

El artista es experto en el trabajo con azulejos partidos formando figuras a modo de rompecabezas, por lo general de pequeñas dimensiones.  “El mosaico es un mundo que te atrapa porque podés no sólo usar la venecita, usar el azulejo, sino que podés usar cualquier tipo de material, como platos rotos, vajillas y más”, explica. E s así como incorporara juguetes dentro de uno de ellos, donde está precisamente la Feria del juguete en Parque Rivadavia (en la entrada de Rosario y Doblas). “Le puse autitos, muñecas, que eran de mi nieta. Pero lamentablemente lo tuve que retirar porque lo vandalizaron un par de veces. Entonces me sentí mal y lo retiré”, comparte con pesar.

En la Feria de libros, colocó uno con tres libros apilados. Y en el ingreso, en un respiradero, la cara de un perro. “Sí porque hay mucha gente que los adora y fue como un homenaje a ellos”, explica.

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¿Por qué Caballito? Porque Héctor camina mucho por su barrio y es ahí donde detecta cuando hay alguna rotura. “Los lugares que intervengo están rotos y si hay un hueco o adhiero algo en una pared pido permiso”, asegura. El patito amarillo que despierta sonrisas al cruzar al parque, por Doblas y Avda. Rivadavia, fue idea de su nieta mayor. Con ella buscaron diseños. Siempre que detecta una rotura para rellenarla de arte, Héctor hace una foto, para tener el antes y después. Su familia lo sube al Instagram.

En la esquina de Campichuelo y Rivadavia, sobre la pared de la escuela Primera Junta, puede verse un pequeño mural de El Principito, realizado en colaboración con Majo, otra artista plástica.

Uno de sus primeros trabajos fue un tranvía para Los amigos del Tranvía, en Avenida Directorio y Bartolomé Mitre.

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Lo más emocionante le ocurrió hace pocos meses cuando hizo un colorido colibrí para la escuela Escuela para niños, niñas y jóvenes de educación especial N°33 “Santa Cecilia” para niños ciegos de 0 a 14 años, también, del barrio de Caballito, de 1,20 m de alto x 0,50 cm de ancho. En su Instagram define a la pieza con relieve especial para identificar las partes que componen la figura, así como también, la elección de colores contratantes para estimular lo visual. Es una propuesta pensada para una infancia con ceguera y baja visión. Está en el patio descubierto.

 

Fuente: Revista Horizonte

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