Ciudad Autónoma de Buenos Aires

La odisea de alquilar: cuando la mitad del sueldo se va sólo en la vivienda

El 30% de los argentinos que alquila debió mudarse por la crisis (NA)
El 30% de los argentinos que alquila debió mudarse por la crisis (NA)

Entre Roxana y su marido ganan 20 mil pesos, 10 mil cada uno. Ella es empleada doméstica y él, gasista y plomero. Hasta hace poco, junto a sus hijos de 12 y 3 años vivían en un departamento de dos ambientes en el barrio porteño de Caballito. “Pagábamos 5000, alquilábamos a un conocido. Cuando íbamos a renovar primero nos dijo 8000 y, un mes antes, 12 mil. Para nosotros es imposible”. Con expensas de 1700, boletas de luz de 700 y de agua de 500 pesos, se fueron a un departamento de dos ambientes en San Justo. “Me hubiese gustado quedarme, pero era imposible. Viajar todos los días a capital es un sacrificio”, cuenta a Infobae.

No se trata de un caso aislado. Como le ocurrió a esta familia, en los últimos seis meses el 30% de los argentinos que alquilan debieron dejar sus casas: por el aumento en los alquileres, las expensas y los servicios, rescindieron sus contratos y se mudaron a un departamento más chico, a uno más lejos o volvieron a la casa de sus padres.

La canasta básica total, que determina el límite de la pobreza, aumentó 55% en un año. Sólo en el mes de febrero, por ejemplo, se incrementó 4,3%, por sobre la inflación promedio del país que fue de 3,8%, según el Instituto de Estadística y Censos (Indec). Esa canasta no contempla el alquiler. De acuerdo a esa canasta, una familia tipo (dos adultos y dos niños) necesita 27.570,43 pesos para no ser pobre (10 mil pesos más que un año atrás). Sólo en la población urbana durante 2018 la pobreza aumentó de 25,7% a 32%. Son 2.650.000 nuevos pobres de un total de 12.950.000.

El 37% de las consultas que recibe el Programa de Atención a Inquilinos (PAI) de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad son por la imposibilidad de pagar el alquiler y las expensas (NA)
El 37% de las consultas que recibe el Programa de Atención a Inquilinos (PAI) de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad son por la imposibilidad de pagar el alquiler y las expensas (NA)

En este contexto, la situación de los inquilinos es cada vez más crítica. El año pasado un argentino destinaba 41% de sus ingresos al pago del alquiler. Hoy necesita del 47% de su sueldo para pagar por un techo. Los datos surgen de la Tercera Encuesta Nacional a Inquilinos que hace la Federación de Inquilinos Nacional (FIN). Los del Programa de Atención a Inquilinos (PAI) de la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires no hacen más que confirmar la caída: el 37% de las consultas que reciben son por la imposibilidad de pagar el alquiler y las expensas.

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Aunque hace una semana la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires declaró inconstitucional la única batalla ganada por los inquilinos, la Ley de Alquileres porteña aprobada en 2017 sigue en pie porque la organización Inquilinos Agrupados apeló. La norma establecía que las comisiones de 4,15% del valor de los contratos tenían que pagarlas los dueños de los inmuebles y no los inquilinos.

El fallo se dio a partir de los amparos que presentaron el Colegio Profesional de los Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA), el Centro de Corredores Inmobiliarios (CECIN) y la Corporación de Rematadores y Corredores Inmobiliarios (CRCI).

El año pasado un argentino destinaba 41% de sus ingresos al pago del alquiler. Hoy necesita del 47% de su sueldo para pagar por un techo

La Ley Nacional de alquileres, que contaba con media sanción del Senado en 2016, perdió estado parlamentario a fines del año pasado. Senadores la había votado por unanimidad pero no se trató en Diputados en todo 2017 ni 2018.

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El punto principal de ese proyecto es la regulación del precio de los alquileres por un promedio entre inflación y salario. También propone extender de dos a tres años el plazo mínimo de un contrato, reducir el depósito de garantía a un mes de alquiler por la totalidad del contrato y que al devolverlo –además de devolverlo– el locador actualice el monto al último mes del alquiler.

“Van a debatirlo en Cámara de Senadores pero estará difícil porque habrá pocas sesiones en el Congreso. El oficialismo tiene un proyecto de ley también. La discusión avanzará, pero dependerá de la voluntad del gobierno que haya una ley de alquileres este año”, dice Gervasio Muñoz, presidente de Inquilinos Agrupados y uno de los mayores impulsores de la ley.

Blanquear los alquileres es otra lucha: el 80% de los inquilinos en el país paga el alquiler en efectivo y recibe, a cambio, un comprobante que no vale como factura, el “recibí de”. En la Ciudad de Buenos Aires supera el 84%. La ley pretende que sea obligatorio inscribir los contratos en el Registro de la Propiedad Inmueble.

Actualmente, para ingresar a un departamento en la ciudad hay que ahorrar entre 3 y 5 meses de alquiler. Hay que pagar 500 pesos de pedidos de informes del titulo de propiedad, un mes de adelanto, dos meses de depósito y si no tiene garante, dos meses más para contratar un seguro de caución. Hoy alquilar un departamento de dos ambientes en la ciudad de Buenos Aires cuesta 13953 pesos, según el promedio que hace la Dirección General de Estadística y Censos de la ciudad. Para ingresar se necesitarían 70.265 pesos. Según el Programa de Atención a Inquilinos (PAI) el 50% de los porteños tienen ingresos menores a 20 mil pesos. Ese departamento que hoy cuesta 13953 pesos en 2018 costaba 10687 y, en 2017, 8056.

El 80% de los inquilinos en el país paga el alquiler en efectivo y recibe, a cambio, un comprobante que no vale como factura

Costos altos, más desigualdad

Noelia debía renovar el alquiler de su casa, un departamento de dos ambientes en el que vivía en Boulogne junto a su marido y su hija de 4 años. “Tenía que pagar 19 mil por mes, con un incremento del 15% cada 6 meses. Me puse a buscar y encontré con muchas cosas, entre ellas uno en la esquina de mi casa que lo mostraba una chica por inmobiliaria y pedía para ingresar 17 mil pesos más que si lo contrataba por dueño, por que encontré otro aviso del mismo lugar pero publicado por el dueño. Te piden arriba de 13 mil pesos por lugares que no lo valen y todos aumentan cada 6 meses entre un 12 y un 15%“, cuenta a Infobae. Noelia es empleada administrativa y su marido, luego de meses desempleado –era chofer de ambulancias–, consiguió trabajo como seguridad. Ella gana 19 mil pesos. Él, 18 mil. “En lo de mi vieja no entrábamos, sino nos íbamos de una”.

Actualmente en la Ciudad de Buenos Aires son más del 40% los ciudadanos que alquilan. Hasta la crisis de 2001, sólo un 22% alquilaba. Mientras que para muchos significó la pérdida de su casa, la crisis económica fue una oportunidad para los que tenían ahorros en dólares. Gracias a la caída del precio de las viviendas y el cierre del mercado de créditos se hicieron de departamentos a precios ridículos.

La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires declaró “inconstitucional” la Ley de Alquileres porteña aprobada en 2017 pero la medida sigue en pie porque la organización Inquilinos Agrupados apeló
La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires declaró “inconstitucional” la Ley de Alquileres porteña aprobada en 2017 pero la medida sigue en pie porque la organización Inquilinos Agrupados apeló

“En una devaluación tan fuerte como la de 2001 se alejó la posibilidad de acceso a la vivienda propia. Mientras antes el inquilinato era pensado como algo transitorio hasta cierta madurez o estabilidad laboral, lo transitorio se volvió definitivo y general. Y ahí la trampa: el que tiene vivienda ahorra y puede acceder a una nueva. El que alquila, no. Esa desigualdad que produce se arrastra por generaciones”, explica la socióloga Florencia Labiano de la Universidad Nacional de San Martín que investiga las prácticas de alquiler en la ciudad y realizó su tesis doctoral sobre tema.

Un informe de 2014 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado Busco casa en arriendo: promover el alquiler tiene sentido repara en el año 2009. La tendencia a resguardarse en el ladrillo de los argentinos “se acentuó durante la crisis financiera internacional de 2009. La reducción del financiamiento hipotecario, que afectó especialmente a los sectores medios y medios bajos con alguna capacidad de ahorro explica la concentración inmobiliaria en los sectores de mayores ingresos”.

Actualmente en la ciudad de Buenos Aires son más del 40% los ciudadanos que alquilan. Hasta la crisis de 2001, sólo un 22% alquilaba

Según el último Censo Nacional de Población y Vivienda (2010), entre 2001 y 2010 se incorporaron al mercado de alquiler cerca de 839 mil hogares en el país: 116 mil pertenecían a la ciudad de Buenos Aires y 196 mil al Gran Buenos Aires: más de 37% de los nuevos hogares arrendatarios se concentraban allí.

Durante esos años, Andrea dio el salto. Pisando los 30 años, en 2008 dejó la casa de Vicente López en la que vivía con su papá –su mamá había fallecido poco tiempo atrás- y se decidió a alquilar un monoambiente en Núñez. Tenía un trabajo estable en una consulta de comunicación, los números daban: “No me sobraba pero podía”, recuerda. Los gastos no serían muchos: el departamento estaba amueblado, la mudanza era cuestión de llevar la ropa. Hoy tiene 40 años y hace una semana volvió a la casa de su padre. “Es espantoso no poder dormir pensando en deudas. Tratar de bancarme sola. Aunque tenía el respaldo de mi familia, no quería llevar mis quilombos”. Pero las cuentas ya no daban: el alquiler se iba a 13 mil pesos, las expensas estaban por encima de los 2600 y Andrea gana, por sus trabajos freelance -la consultora ya no existe-, 16 mil pesos. “Dilaté la decisión pero al hablar con mi hermano y mi papá me di cuenta de que no había nada más que pensar”.

Según el último Censo Nacional de Población y Vivienda (2010), entre 2001 y 2010 se incorporaron al mercado de alquiler cerca de 839 mil hogares en el país: 116 mil pertenecían a la ciudad de Buenos Aires y 196 mil al Gran Buenos Aires: más de 37% de los nuevos hogares arrendatarios se concentraban allí

Una historia de problemas para los inquilinos

Las regulaciones que tuvo el mercado de alquileres a lo largo de la historia (los presidentes Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón los congelaron por ley) se perdieron en 1976, con la dictadura militar que dolarizó el precio de las viviendas. Hasta ese momento la ley de Propiedad Horizontal sancionada en 1948 permitía acceder a la casa propia. Fue por esa ley que se subdividieron los “edificios de renta”, esos que pertenecían a un solo dueño. El Banco Hipotecario Nacional acompañaba con créditos.

“En 1976 pierde vigencia la ley de alquileres y se desmantelan los mecanismos de subsidios. La eliminación del congelamiento de alquileres provocó la expulsión del mercado de alquileres de los sectores de menores ingresos, impulsando su traslado a viviendas con menores comodidades, a compartir vivienda con otra familia o a asentarse en barrios de emergencia o villas”, explica la socióloga María Mercedes Di Virgilio, del Instituto de Investigaciones Gino Germani (Universidad de Buenos Aires) y del CONICET.

Los expertos aseguran que a partir de la crisis de 2001 la mayoría de los argentinos se alejó la posibilidad de acceso a la vivienda propia (Nicolás Stulberg)
Los expertos aseguran que a partir de la crisis de 2001 la mayoría de los argentinos se alejó la posibilidad de acceso a la vivienda propia (Nicolás Stulberg)

 

Cuenta Fernando Muñoz, el coordinador del Programa de Atención a Inquilinos (PAI) de la Defensoría del Pueblo de la ciudad, que pasaron de ser un organismo dedicado a garantizar el cumplimiento de los derechos de quienes alquilan a “asistirlos cuando tienen dificultades en asumir los pagos mensuales”.

“Ahora se suma un mercado informal in crescendo de habitaciones que se alquilan en viviendas familiares”, agrega. Sobre el rol de los intermediarios dice que le recuerdan “a los capangas de viejos conventillos, con un ejercicio opresivo sobre el inquilino como representante del patrón“.

En 1976 pierde vigencia la ley de alquileres y se desmantelan los mecanismos de subsidios. La eliminación del congelamiento de alquileres provocó la expulsión del mercado de alquileres de los sectores de menores ingresos, impulsando su traslado a viviendas con menores comodidades, a compartir vivienda con otra familia o a asentarse en barrios de emergencia o villas

Muñoz pone como ejemplo a Alemania, que tiene una regulación de precio por región y es uno de los países de Europa con mayor cantidad de inquilinos: 50%. “Ahí el Estado fija un parámetro de acuerdo a la antigüedad de la vivienda y el estado edilicio”.

Hace días, 45 mil personas marcharon en Berlín contra el aumento de los alquileres. Una de las propuestas es que se expropie a las inmobiliarias que tengan más de 3 mil viviendas.

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Fuente: https://www.infobae.com/sociedad/2019/04/19/la-odisea-de-alquilar-cuando-la-mitad-del-sueldo-se-va-solo-en-la-vivienda/

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