Ciudad Autónoma de Buenos Aires

"Me paro frente a la TV a escuchar partidos de Del Potro": el tenis para ciegos, una terapia inspiradora

A Eduardo Raffetto el misterio le martilla la mente hasta el día de hoy. Hace siete años dejaba el Centro Burgalés de Buenos Aires, en Caballito, donde daba clases de tenis, cuando una mujer con sus dos hijas no videntes lo abordó y le preguntó si le podía enseñar a las pequeñas. Fue una fracción de segundos: en lugar de negarse a hacerlo, Raffetto le pidió a la señora que le diera unas semanas para instruirse sobre cómo enseñarle el arte de las raquetas a personas con discapacidad visual y que regresara. Allí comenzó una historia que tomaría un camino insospechado. La mujer y las nenas no volvieron a visitarlo. Raffetto hoy es el referente de la enseñanza de tenis para ciegos en el continente americano. "Creo que aquella mujer y sus hijas fueron, verdaderamente, ángeles", dice, con los ojos humedecidos, el hombre de 53 años que desde aquel instante mágico buscó información en Internet, contactó a los creadores de la especialidad en Japón, se formó y hoy, además de ser el presidente de la Asociación Argentina de Tenis para Ciegos (AATC), lidera cinco escuelas en el país (además de Capital Federal, en Tandil, Bahía Blanca, Río Negro y Santa Rosa).

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