Hace más de un año, a fines de 2016, el Gobierno de la Ciudad y la Comuna de Caballito convocaron a los vecinos para anunciar que estaban próximas a comenzar las tareas que pondrían en valor las Plazas Primera Junta y Crisólogo Larralde (Rojas y Yerbal). En dichas reuniones se informó que se contaba con el presupuesto para tales obras y se solicitó a los vecinos que participaran aportando ideas y propuestas. Grande fue el entusiasmo ante este anuncio, sin embargo pasaron ya más de 15 meses… y no hay ninguna señal de obras ni de mejoras.
Paulatinamente ambos espacios se van degradando. La Plaza Crisólogo Larralde tiene actualmente el espacio de juegos de niños clausurado; las rejas (que son de baja atura) están apuntaladas para que no se caigan; las zonas de espacio verde se han convertido en tierra sin césped; el mobiliario (mesas y bancos) está vandalizado, sucio y roto; hay autos que estacionan diariamente sobre la vereda en el espacio aledaño a la plaza sin ningún control.
Plaza Crisólogo Larralde. Mobiliario vandalizado.
Las rejas están apuntaladas desde hace meses.
El espacio de juegos está clausurado.
Autos estacionados en la vereda de la plaza.
Mientras tanto en la Plaza Primera Junta desde hace más de cuatro años hay una conexión eléctrica peligrosa que alimenta el puesto de diarios; hay suciedad generada por gente que pernocta en la plaza donde hay colchones y bártulos; hay motos que utilizan el espacio para estacionar; faltan baldosas; sobre el extremo cercano a la calle Nicolás Repetto se junta agua que no circula impidiendo el uso de la rampa; la bandera nacional que fuera asignada a los vecinos para su custodia, izado y arriado fue retirada y brilla por su ausencia.
Estas son solo algunas de las falencias que pueden observarse. Los vecinos solo esperan que se trate de una demora involuntaria y que las obras prometidas comiencen a la brevedad.
Plaza Primera Junta.
La plaza es utilizada como estacionamiento de motos.
Veredas rotas.
Sobre el extremo oeste se junta agua que no circula impidiendo el uso de la rampa.
Fuente: Revista Horizonte
