“Qué harías por amor”, es una pregunta que bien podría resumir lo que seis parejas vivieron durante la cuarentena. Meses sin verse con la esperanza del encuentro, horas de videollamada para acortar las distancias, propuestas de casamiento online, mudanzas de ciudad y país con protocolo y hasta la noticia de un embarazo en pandemia.
Un amor binacional: casamiento en Montevideo y mudanza a Buenos Aires
Florencia y Bruno se conocieron por una aplicación de citas hace cinco años. Ella es argentina, él uruguayo e hicieron “match” cuando él estaba volviendo a Montevideo después de ver a Racing en Buenos Aires. Lo primero que le dijo fue que estaba regresando a su país, a modo de advertencia, pero se habían gustado y empezaron a charlar.
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Durante un mes, conversaron sin parar hasta que Bruno decidió venir a visitarla y desde ese momento, todos los fines de semana se tomaban el buque para encontrarse.
Después de decenas de vacaciones compartidas también con Santino el hijo de ella, hicieron planes de vivir juntos para cuando Bruno terminara la licenciatura en Educación Física, que estudiaba en Uruguay.
El 14 de marzo de 2020, después del festejo de cumpleaños de Santi, él volvió a Montevideo sin sospechar que no volverían a verse por cinco meses.
Para permitirles viajar de un país al otro, les pedían que presentaran certificados de casamiento o concubinato y ellos no lo dudaron: Florencia viajó a Montevideo y se casaron en agosto. Después él inició los trámites en el consulado para obtener la visa permanente y empezaron la mudanza de país, en medio de la pandemia y desde diciembre viven juntos en Caballito.
De novias en la cuarentena
Agostina y María están juntas hace 7 meses. En pleno Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), ellas se pusieron de novias.
Se conocieron en febrero del 2020 en un grupo de amigas de WhatsApp con las que planeaban tener un año de mucha diversión. Por la pandemia, esas intenciones se tradujeron en apenas un mes y medio de salidas a bares y boliches. En marzo, con la cuarentena obligatoria empezó una amistad por videollamada.
Pasaron los meses y un día María la invitó a su casa para hacer algo distinto: ver una película juntas o jugar a las cartas. Ella tenía sus intenciones clarísimas pero no sabía qué sentía Agostina.
Se gustaron y empezamos a salir, sin salir de la casa, un departamento de 40 metros cuadrados en el que también vivía el hijo de María.
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Allí vivieron hasta diciembre y después se fueron de vacaciones juntas. Al regresar, se fueron para la casa de Agostina que tiene pileta para pasar el calor del verano y no se separaron más.
Una mudanza y un bebé en camino
Cinthia y Andrés se vieron por primera vez en un colectivo. Él era el conductor y ella viajaba a estudiar la carrera de Bibliotecaria. Se encontraban todos los días y allí surgió la primera charla. Tenían buena onda y un día quedaron en ir tomar café.
Él era de Zona Oeste, ella de Zona Norte y compartían entre muchas otras cosas, el activismo por la diversidad sexual. Ella se define como pansexual y él, demisexual panromántico. Cinthia cree que fue una de las cosas que más los flasheó.
Como entre sus casas había tres horas de viaje, después de salir un tiempo y darse cuenta de que estaban enamorados, en abril Andrés se mudó a Escobar y probaron convivir.
Se dieron cuenta que se amaban y el 21 de septiembre se enteraron de que Cinthia está embaraza de Simón que nacerá en mayo.
Diez meses separados no cambiaron los sentimientos ni el sueño de vivir juntos
Leandro y Victoria iban a la escuela juntos y hace 5 años que están de novios. Cuando empezó la pandemia dejaron de verse, hasta que en enero Vicky lo invitó al cumpleaños de la hermana y se reencontraron. Después siguieron viéndose con protocolo y cuidándose.
Él programó una cena romántica para el día de los enamorados con su menú favorito, porque sabe que lo que la enamora a ella son los detalles. Pese a no poder verse durante más de diez meses, están más enamorados que nunca y hacen planes para vivir juntos en el futuro.
De 0 a 100: de hablar por teléfono durante meses a convivir 24/7
Federico y Ayelén se conocieron en la Facultad de Agronomía. Ella es de La Plata y él vive en Capital Federal. Con intereses parecidos y conocidos en común, eran amigos en las redes sociales, pero recuerdan que primera vez que se vieron fue en una tertulia feminista.
Esa noche hablaron, decidieron salir para conocerse y después surgió el interés romántico. Hace un año y medio que tienen una relación que definen como romántica y poliamorosa: un amor libre sin exclusividad con la otra persona pero con consenso, compromiso y respeto.
Cuando se declaró el ASPO, como muchos, ellos también creyeron que sería por 15 días. Pasadas las semanas, comprendieron que viviendo a 70 kilómetros, no les quedaba otra opción que seguir juntos hablando por videollamada y a través de mensajes de WhatsApp.
Después de cinco meses, en el momento en que se flexibilizó un poco la cuarentena, ella pudo viajar a Capital. Como él se estaba mudando solo, lo ayudó y se quedó tres meses a convivir con él. No tenían expectativas, solo la certeza de querer verse.
Para ellos fue ir de 0 a 100. De una relación virtual por teléfono a verse todo el día, todos los días. Ahora cambiaron la modalidad de encuentro. Para cuidarse y por los protocolos cuando se se ven, pasan un tiempo largo juntos.
Siete años de amor y un compromiso a prueba de pandemias
Jessica y Pablo están juntos hace 7 años. Se conocieron en un viaje en remis. Él solía llevar a la tía de ella a hacer compras y un día, Jessi la acompañó. Primero fueron amigos y con el tiempo se enamoraron.
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En una plaza, Pablo le pidió que fuera su novia. Hace tres años, atravesaron juntos uno de los momentos más difíciles para Jessi que sufrió un accidente de tren. Juntos salieron adelante y desde ese momento, se veían todos los días.
En marzo, la pandemia puso a prueba su amor y estuvieron durante todo el ASPO hablando por videollamada. Cuando se reencontraron, entendieron que no había pandemia ni nada que pudiera separarlos. Juntos sueñan con tener una familia.
Producción general y redacción: Yanina Sibona
Realización y edición de video: Amira Laciar
Cámara: Natalia Cevallos
Editora: Jessica Fabaro
Agradecemos especialmente al Jardín Japonés por habernos permitido grabar todas las historias de “Amor es Amor” dentro del parque. Contamos, además, con la colaboración de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina y la Agrupación de Pluralidades Asexuales (AgruPas)
Fuente: https://tn.com.ar/sociedad/2021/02/12/amor-es-amor-las-historias-de-seis-parejas-que-atravesaron-la-pandemia-y-apostaron-al-futuro/
