Más allá de la nueva organización en comunas, los barrios porteños siguen siendo 48, que ahora además tienen sus propios emblemas.
La iniciativa se concretó gracias al Programa Pasión por Buenos Aires del GCBA, que retomó una ordenanza de 1989 y dio forma a la nueva norma. “Para nosotros es como plantar una semilla en la que todos nos sentimos representados. El Programa apunta a eso: a mejorar el sentido de pertenencia, a sentir el barrio como algo propio, a participar”, explicó Isolina Peña, a cargo de la iniciativa.
Los emblemas se podrán ver en las plazas más representativas de cada barrio. “No queremos que el tema quede ahí. Una idea es, por ejemplo, que cada emblema se luzca en la cartelería con los nombres de las calles. O que los chicos trabajen en las escuelas sobre la historia del barrio o los edificios más importantes”, detalló Peña.
De los 48 emblemas, ya están todos ubicados, menos el de Villa Riachuelo. Y en algunos barrios, como Mataderos, Monte Castro y Liniers, los escudos serán reemplazados, por haber sufrido destrozos. Los diseños fueron propuestos por vecinos y asociaciones con la consigna de reflejar los aspectos típicos del barrio y seleccionados por las juntas de estudios históricos y CGP.
Fundamentos de la iniciativa
Ante la necesidad de rescatar la historia y resaltar la identidad y tradición de los barrios porteños, así como la importancia de recrear el sentido de pertenencia e identificación de los vecinos con su ámbito, se propone la creación de un emblema distintivo de cada barrio de la Ciudad, que surja de la libre participación de los integrantes de la comunidad junto a sus instituciones intermedias.
El mismo podrá utilizarse como símbolo en papelería, afiches, folletos, documentos, carteles, películas, como así también en torneos, competencias y toda actividad deportiva y cultural, siempre que sea necesario identificar al barrio.
Para ello se establecen una serie de normas, que sirven como marco indicativo y continente de las propuestas que se generen.
Fuente: La Razón y GCBA
