
Del gesto de preocupación durante el himno pasado ante Croacia, a un amague de sonrisa cómplice en la previa del duelo ante Nigeria. De la impotencia al golazo que hoy abrió el partido. De la tristeza al desahogo subido a caballito de Marcos Rojo. Lionel Messi cambió desesperación por alegría y descargó su mochila para aliviar a la Argentina.